Según Plinio la vida era increíblemente barata en Roma (250 a.C.) al poder comprar con un as (moneda de bronce) un celemín de trigo (8,75 litros), un congio de vino (3,3 litros), 30 libras de higos secos, 10 libras de aceite y 12 de carne, considerando que la libra eran 330 gramos. Las noticias sobre salarios y precios en el Imperio Romano son difíciles de conseguir ya que las fuentes apenas tratan estos asuntos.
Según el poeta satírico Marcial los proconsulares tenían unos ingresos anuales de un millón de sestercios (la moneda de bronce), mientras que un médico reputado podía alcanzar los 400.000, un profesor estatal de retórica, 100.000 ó los altos cargos de la administración entre 200.000 y 60.000 sestercios. Los legionarios vieron subir sus salarios desde los 900 sestercios que cobraban en época de César hasta los 2.000 de Septimio Severo. Los sueldos de los centuriones rondaban entre 40.000 y 20.000. San Mateo menciona en el Evangelio que el sueldo de un jornalero agrícola es de cuatro sestercios diarios, posiblemente incluyendo la manutención -comidas e incluso alojamiento, en algunos casos.
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